Sólo el necio confunde valor y precio.
No existen dos conceptos que difieran tanto, el uno del otro, como valor y precio, y así lo citaba el poeta español allá por los años 20.
Y es por esa confusión que los precios de las viviendas comenzaron una escalada impropia para tratar de llegar a un valor inalcanzable, porque el homenajeado valor que le otorgábamos a nuestras viviendas, repercutía en una excesiva subida de precios de las mismas.
Y así sucedió, y sucedió una vez más, y otra…. hasta que el precio, pretendía alejarse tanto del valor, que no pudo más y explotó.
Explosión que quiso quitarnos el tan preciado valor que habíamos dado a nuestras viviendas, y sustituirlo por un arrasador e inconfundible precio, un precio muy distante del valor, del menospreciado valor.
Valor que actualmente depende del precio que un potencial comprador esté dispuesto a pagar por ellas, que estará muy por debajo del valor que les demos y del precio que hayamos pensado ofertar para ellas, porque el comprador de hoy ha aprendido a buscar, comparar, regatear y esperar, porque sabe que sin perder valor el precio bajará.
M. Carmen Pareja.
Es arquitecta técnica / tasadora de OFICINA35 y uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad. (Nota de ML)